Splatoon 3 es el juego antisistema
El lanzamiento de septiembre por parte de Nintendo, Splatoon 3, ha sido un auténtico martillazo de ventas en Japón, colocándose como el juego más rápidamente vendido de toda su historia. Esta gesta heroica esconde una realidad que habla sobre la situación de los videojuegos actuales, y más en concreto de los juegos online. Splatoon 3 es el juego antisistema que no habíamos anticipado.
Si atendemos al panorama de los juegos online actual, podemos identificar que hay un modelo dominante de monetización. Los comúnmente llamados “juegos como servicio”, o juegos con micropagos, o pases de temporada, con cajas de botín… muchas han sido las fórmulas que las compañías del momento han implementado para que el mismo juego genere dinero sin que necesariamente aumente el número de jugadores: si quieres más contenido, pagas, de algún modo u otro. Fenómenos como Fornite, una máquina de imprimir dinero, han sentado el precedente de que un juego puede ser gratis y dar motivos para pagar al jugador. A veces, de forma algo sibilina.
Son muchas las discusiones alrededor de estos modelos de monetización. Algunas iniciativas son saludables, como ofrecer cierto contenido, bien definido, a un precio fijo, para que los jugadores puedan expandir su experiencia de juego; me viene a la mente Sky: Los niños de la luz y su Pase de Temporada que ofrece nuevos niveles, accesorios y cinemáticas cada cierto tiempo a un precio determinado. Otros juegos no siguen fórmulas tan claras. Varios países europeos están persiguiendo y prohibiendo ciertas prácticas porque propician la ludopatía y la relación insana con el videojuego.
De un modo u otro, Splatoon 3 está en las antípodas de estos modelos. Es un juego principalmente online, en el que pagas una tasa de entrada (comprar el juego) y puedes jugar de forma indefinida, con grandes cantidades de contenido por desbloquear. Todo el mundo puede desbloquear todo, sin hacer distinción de si alguien ha pagado más o no; lo único que necesitas, eso sí, es añadir los 20€ anuales del Nintendo Switch Online. El pago de este servicio, aunque también es discutible, no está directamente relacionado con la monetización del juego.
Splatoon 2 salió en 2017, y por aquel entonces el “juego como servicio” ya había empezado a engullir todo, pero aún había estandartes del modelo antiguo (pagas una vez, tienes el juego entero) como en Overwatch. Aún en ese caso, por ejemplo, Overwatch ya incluía cajas de botín. Ahora, en 2022, la realidad es aún más extrema y cuesta imaginarse un juego que no incluya algún mecanismo para que el jugador saque la tarjeta de crédito. Tarde o temprano, apuesto a que Splatoon 3 tendrá una expansión – con alta probabilidad, similar a la que tuvo Splatoon 2 y más parecido al Pase de Temporada de Sky: Los niños de la luz. Pero la “experiencia Splatoon 3” seguirá íntegra, igual que sigue la de Splatoon 2 cinco años después.
Cuando vemos que Splatoon 3 despunta en ventas como ningún juego anterior, lo que estamos viendo es una rebelión de los jugadores —si obviamos el interés que hay hacia el juego como tal— que no han perdido el interés en pagar por adelantado una cantidad sustancialmente superior para obtener un juego, muy superior a lo que nos piden Fornite y compañía, que en principio no nos piden nada. Muchos juegos se han descontinuado “por no haberse adaptado al modelo de juego como servicio” (en otras palabras, ser gratuitos de entrada), pero Splatoon 3 demuestra que esa disyuntiva no existe. Pagar por un juego online el precio completo y desentenderse de temporadas, micropagos, cajas de botín y demás es posible.